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Situación
Un poco de historia…
La calle Gran Vía y su número 40 definen casi íntegramente nuestro acrónimo gv408, por el que somos más conocidos entre compañeros, clientes y amigos.
La avenida tuvo un papel relevante en el desarrollo urbanístico de Madrid durante el siglo XX. Sus obras comenzaron el 4 de abril de 1910 con el piquetazo de Alfonso XIII y el propósito de descongestionar el casco histórico de la capital y de convertirse en el emblema de la transición hacia una metrópoli moderna. La construcción de sus 1306 metros se desarrolló en tres fases o tramos (Avenida del Conde Peñalver, Bulevar de Pi y Margall y Avenida de Eduardo Dato) y finalizó en 1930, tras la demolición de casi trescientas casas y la desaparición de quince calles.
En el plano de Madrid de 1900 (dibujado por Facundo Cañada López -Comandante de la Guardia Civil) todavía no hay rastro de la calle Gran Vía aunque sí se aprecia la reforma de la Puerta del Sol ejecutada entre 1857 y 1862 (tras la expropiación y derribo de treinta casas) que supuso el último ejemplo de refuerzo de su centralidad en los planteamientos de reforma interior de la ciudad.
En el fotoplano de Madrid de 1925 (de la Compañía Española de Trabajos Fotogramétricos Aéreos, CEATFA) ya se distingue el avanzado estado de la obra. El primer y segundo tramos han sido ejecutados y un gran vacío (como una cicatriz urbana) se extiende entre las plazas de Callao y España.
El edificio que ocupa el número 40 de la calle Gran Vía (originariamente número 18 de la Avenida de Pi y Margall) fue proyectado por el arquitecto José Miguel de la Quadra Salcedo para Ramón López-Rumayor Lombera con el objetivo “de ser arrendado para oficinas de pequeñas dimensiones o bien para instalar en él un hotel de segundo orden o pensiones” y consta de 12 plantas (“subsótano, sótano, bajo, entresuelo, siete pisos más y ático”).
En el proyecto se definen 3,30 (m) de luces en todas las plantas y se reserva para el bajo y el entresuelo la mayor altura posible, “teniendo en cuenta que hallándose en la Vía más hermosa y llamada a ser la de más circulación de Madrid, será fácil que en ella se instale algún café o restaurante”.
La cimentación se construye con hormigón en masa de garbancillo, morro y piedra machacada con cemento de primera calidad. De ella arranca una estructura metálica cuyos vanos se cubren con albañilería de espesor tal que satisface la defensa de las inclemencias del tiempo dentro de las buenas condiciones de resistencia en las estructuras.
Se certifica el final de las obras el diez de agosto de 1927, y el 15 de septiembre de ese mismo año se concede autorización municipal para la licencia de alquilar.
Emplazamiento
Algunas vistas…
La octava planta del edificio termina de dar sentido a nuestro gv408. Desde ella hemos sido testigos privilegiados de algunas transformaciones urbanas del entorno (menores si las comparamos con las obras de la Gran Vía emprendidas hace más de cien años) como la peatonalización de la Plaza de Callao o la ampliación de las aceras de la última remodelación (englobada en el Proyecto Madrid Central), y de otros acontecimientos que han marcado nuestra memoria y pequeña historia personal y corporativa.